Me encanta el café.
No hay nada más delicioso que el aroma que despide el café al ser tostado, y nada mejor que el aroma del café por la mañana o por la noche; si no me bebo uno antes de desayunar, siento que no funciono, no despierto por completo.
Si además de mi café hay una buena conversación de por medio, es aún más delicioso...
Me gusta tomarlo negro, sin leche, sin una pizca de azúcar.
¿Azúcar y café?
Pésima combinación. Si quieren echar a perder un café, agréguenle azúcar.
Aunque, tampoco soy tan exigente, de vez en cuando se antoja con leche, especialmente antes de dormir, o un capuccino frappé cuando hace calor, o un capuccino para acompañar un postre.
¿Mencioné que me encanta el café?