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viernes, 2 de enero de 2009

Regresiones de año nuevo

No soy una persona de propósitos de año, tampoco soy de las que aprovechan para echar la mirada atrás, aunque, sí caí en el cliché de aprovechar las vacaciones, para desocupar algunos cajones.
Lo que ahí encontré, también me llevó al cliché de recordar, reírme y hasta extrañar ciertas épocas.
He aquí algo de lo que encontré:

Regresión de año nuevo no. 1:

Como usted puede apreciar, querido lector, esos eran tiempos obscuros jejeje, en realidad mis amigas y yo pasábamos poco tiempo en la prepa y mucho tiempo en el trago.

Cabe mencionar, que N. se convirtió en parte medular de mi vida... Compartimos experiencias muy gruesas, otras no tanto y buenos tiempos; podría decir que aprendí demasiado (y casi a punta de trancazos) de esas historias.

Regresión de año nuevo no. 2:

Sí, la ñoña de la izquierda soy yo. La foto es de la secundaria, umm, de la misa de graduación de la misma... Nótese la cara de aburrición de los maestros a la extrema izquierda.
Y si se lo preguntan, no, ya no toco el piano; y es de las cosas que más extraño...

Me parece cuasi karmático encontrar estas imágenes, al final de un año en el que decidí desafanarme de las memorias, de las cursilerías de la nostalgia. La verdad es, que todos cambiamos, y los que en algún momento amamos, tal vez hoy no sean ni la sombra de lo que adoramos, lo que admiramos...

Finalmente aprendí a guardar mis recuerdos, amarlos, y simplemente, dejar ir.

jueves, 4 de diciembre de 2008

café, café, café!!

Me encanta el café.

No hay nada más delicioso que el aroma que despide el café al ser tostado, y nada mejor que el aroma del café por la mañana o por la noche; si no me bebo uno antes de desayunar, siento que no funciono, no despierto por completo.

Si además de mi café hay una buena conversación de por medio, es aún más delicioso...

Me gusta tomarlo negro, sin leche, sin una pizca de azúcar.
¿Azúcar y café?
Pésima combinación. Si quieren echar a perder un café, agréguenle azúcar.

Aunque, tampoco soy tan exigente, de vez en cuando se antoja con leche, especialmente antes de dormir, o un capuccino frappé cuando hace calor, o un capuccino para acompañar un postre.

¿Mencioné que me encanta el café?


lunes, 17 de noviembre de 2008

día de muertos



Acaso hay una tradición más característica de lo mexicano?
... Me encanta el día de muertos. Sus simbolismos, sus olores, sus sabores, sus formas...









(tomadas en el palacio de gobierno, Puebla, Pue.)

martes, 8 de abril de 2008

viernes, 4 de abril de 2008

Ordinary world

Mucho trabajo / Costras en el cuerpo que aún no puedo arrancar / Malos recuerdos / Es tiempo de dejar dormir al pasado / Se acabó / Me hice odiar / Es hora de esperar / El tiempo nos sanará... Espero



Duran Duran - Ordinary World

Came in from a rainy Thursday
On the avenue
Thought I heard you talking softly
I turned on the lights, the TV
And the radio
Still I can't escape the ghost of you
What has happened to it all?
Crazy, some are saying
Where is the life that I recognize?
Gone away

But I won't cry for yesterday
There's an ordinary world
Somehow I have to find
And as I try to make my way
To the ordinary world
I will learn to survive

Passion or coincidence
Once prompted you to say
"Pride will tear us both apart"
Well now pride's gone out the window
Cross the rooftops
Run away
Left me in the vacuum of my heart
What is happening to me?
Crazy, some'd say
Where is my friend when I need you most?
Gone away
Papers in the roadside
Tell of suffering and greed
Here today, forgot tomorrow
Ooh, here besides the news
Of holy war and holy need
Ours is just a little sorrowed talk
Every one
Is my world, I will learn to survive
Any one
Is my world, I will learn to survive
Any one
Is my world
Every one
Is my world

martes, 11 de marzo de 2008

Nos siguen pegando bajo!!... El vuelo de la mosca

Hoy, Hugo García Michel, (www.garciamichel.blogspot.com) director y creador de la revista la mosca en la pared anuncia que la mosca, vuela... por cuánto tiempo? nadie lo sabe, así que decidí unirme a la ola de comentarios, lamentaciones y demás pensamientos negros que giran al rededor de la publicación.

La primera vez que la vi, fue en 1996, en el atrio de Regina Coelli (calle de Bolívar y Regina en el centro histérico), digamos que era una esquina de paso para mi, ya que en ese entonces estudiaba en el Colegio de las Vizcaínas, que está a escasas 2 cuadras de ahí... ese atrio fue siempre el punto de encuentro para que mis amigas y yo nos diéramos a la fuga e irnos de pinta.

En alguna de esas ocasiones en que estaba esperando, en el puesto de periódico de la citada esquina, me topé con una revista que resaltaba por su tamaño, y esa en especial, resaltaba porque la portada era negra y la tipografía medio ilegible brincaba en color amarillo... aunque lo que más más me llamó la atención era que el número estaba dedicado a las féminas del rock; y la portada era de Alanis Morrissette... un mes después volví a toparme la revista, ahora con Saúl Hernández en la portada... pero no tuvo el mismo encanto; el siguiente número fue el que me conquistó. Metallica en la portada. Desde ese momento, hasta el día de hoy, no me he perdido un solo número.
Lo admito. Soy una geek, una freak, porque hasta compré 4 veces aquel número de 4 portadas diferentes, engalanadas con un beatle cada una...
También soy de las que esperaban algún día escribir en sus páginas, pero me confieso re-sacatona para mandar algún texto.

Es más... encontré un mueble especial para ella, donde no se guarda otra cosa que mis queridas 'moscas' además, me aseguré de que al mueble no le entraran ni la luz ni el aire por aquello de que no se fastidie el papel.

Si alguna vez he sido fiel, es a esta revista, y también he de admitir que alimentó, en los últimos 12 años, mi pasión por las letras, mi pasión por el humor-negro-crítica-ácido-sarcástica además de mi otrora pasión por la música.

En verdad esperemos, que nuestra querida mosquita, retorne de ese vuelo y vuelva a posarse en nuestras cabezas. Ánimo!!

jueves, 1 de noviembre de 2007

muerte niña

Día de todos lo santos. Hoy, se recuerda y se festeja a los muertos chicos, a los niños difuntos. Hace más de una semana que la imagen de la muerte niña me está siguiendo, por este día, por mi recuerdo chiquito que viene 2 veces al año, por un corto que vi en la televisión.
En México tenemos la fama de tomarnos la muerte muy a la ligera, con ironía, que jugamos con ella, aunque al mismo tiempo le damos el respeto merecido; la abrazamos cálidamente. Por ello no me sorprende que nuestra cultura abrazara del mismo modo la costumbre nacida en Europa de fotografiar a los difuntos, de conservar el último instante, el último rastro de vida.

La costumbre nació a mediados del siglo XIX, ante el deseo de poseer una imagen del finado; como cualquier tecnología nueva, la fotografía (o en este caso los daguerrotipos) no estaba al alcance de las clases menos favorecidas, así que, la muerte de algún miembro de la familia obligaba a pagar por este pequeño lujo para preservar su recuerdo.

Las formas en que se fotografiaba a los muertos fueron muy variadas: podía retratárseles solos o con su familia completa, simulando una siesta, rodeados de flores, en composiciones extrañamente hermosas; los más audaces abrían los ojos del finado, y lo colocaban de forma tal, que pareciera que aún se encontraba con vida.

Fuera de lo que pudiera creerse, esta forma de recuerdo fue muy popular por lo menos de 1860 a 1930 y tantos, y era mucho muy común, dado que las tasas de mortandad eran casi las mismas que las tasas de nacimiento; con los avances de la fotografía, y al abarataniento de los costos, las familias pudieron disponer de momentos reales, momentos vivos; y la 'necesidad' de fotografíar a sus muertos era cada vez menor.

En el caso específico de México, se fotografiaba más a los niños que a los adultos, tal vez para dar fe de la existencia de los pequeños; o tal vez para presentarlo a aquellos familiares que no alcanzaron a conocerlo ni en vida. Al igual que en Europa, podía retratárseles con o sin los familiares, sin embargo no intentaban que lucieran con vida, los rodearan de flores y los vestían de santos... esa era la muerte niña.

Desgraciadamente encontré muy poco (prácticamente nada) acerca de esta costumbre en méxico. Ni siquiera imágenes, salvo ésta última, que encontré en el blog http://www.alexandroroque.blogspot.com/ si alguien tiene algo más, agradecería rolen información.

Mañana llegan los fieles difuntos, regresan a acomañarnos un rato, a devorar los aromas de las flores, del pan de muerto, del mole y las grandes comidas que se preparan en su honor. Mañana es del olor del cempasúchitl, del copal, del incienso. Nos leemos el lunes.

viernes, 12 de octubre de 2007

centro histérico

Toda mi vida he habitado en el centro histórico. Más que calles, más que mi casa; esas avenidas, con sus edificios, plazas, tiendas y museos son ya parte de mi; simplemente no me imagino viviendo en otra parte de la ciudad.
Estudié varios años en el centro, los que más recuerdo son los que pasé en el Colegio de las Vizcaínas; todo un alucín ocupar sus grandes y altísimos salones, con duela de esa que rechina de vieja, era un edificio muy frío y pasaba los recesos en el patio, echada como lagartija al sol. Recibí primeros besos en el atrio de Regina Coelli (calle de Regina y Bolívar), citas, salidas, borracheras... muchos recuerdos en sus calles; aún hoy, me embriago en sus cantinas (el nivel, el río de la plata, el hostal en Guatemala etc etc) y sus antros; como en sus restaurantes y cafeterías, y la mayoría de mis amigos encantados vienen al primer cuadro de la ciudad... si me pongo cursi (ya es fin de semana, denme chance) conocí a mi actual pareja en el mismito centro, vivimos en él, lo hemos recorrido de principio a fin y nos hemos forjado muchas historias y recuerdos en días soleados, nublados y lluviosos.

Hace un par de años, tuve el placer de trabajar en el Antiguo Colegio de San Ildefonso; de cierto modo reviví mis tiempos de escolapia en las Vizcaínas, aunque por supuesto, era aún mejor. Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas, también he contemplado como con el paso de los años, el centro se convirtió en un lugar cada vez menos habitable: prostitución, tráfico, drogas y por supuesto, el tema de la semana: ambulantaje.

Desde que recuerdo, las calles del centro eran ya tianguis gigantescos que se instalaban con cierta frecuencia... específicamente recuerdo uno sobre la calle de Uruguay... donde igual podía ver puestos con renta de películas (beta, por supuesto... oh¡ los 80's¡) que puestos de juguetes, ropa y comida.
Flash no. 2: A mi regreso a casa saliendo de la secu (en los tempranos 90), caminaba toooda la calle de Mesones, pasaba Bolívar, 5 de febrero, 20 de noviembre, Pino Suárez, Correo Mayor y aún más allá, y en calles como las Cruces, y la misma Mesones los puestos iban ocupando cada vez más y más terreno, ya no cada tercer día como algunos años atrás, sino toda la semana.

Hoy en día puedo decir que las cosas se salieron completamente de control. A pesar del programa de ordenamiento de hace 10 años donde se le dió plazas comerciales a los vendedores, estos continuaron ocupando las calles y las plazas terminaron como bodegas...

La población de comerciantes ambulantes aumentó considerablemente de 5 años hacia acá, siendo el colmo de los males cuando éstos comenzaron a -literalmente- acampar en la calle para no perder sus lugares y de algún modo decir que nadie los movería de ahí.

Creo que perdería un poco el tiempo explicando todo lo que ello implicaba: tráfico, estéreos y televisiones a todo volumen a cualquier hora del día y la noche, cantidades increíbles de basura y ni mencionar los olores cuando abríamos ventanas; lo que verdaderamente me ponía brava era que subieran a mi balcón (vivo en el 1er. piso) y así, como quien está en el patio de su casa, amarraran lonas, focos, cables de luz etc. y todavía tuvieran la desvergüenza de asomarse hacia adentro y ver mi televisión.

Con todo este numerito de la nueva reubiación de los comerciantes, aún mantengo cierta incredulidad y le doy el privilegio de la duda al jefe de gobierno del DF, Marcelo Ebrard, quien dice estar dispuesto a asumir las consecuencias políticas y sociales del asunto. Y aunque me hace terriblemente feliz salir a la calle y caminar sin tener que esquivar niños, cables, puestos, o bajar de la banqueta y esquivar autos, no quiero ilusionarme con que esto será duradero. Hay muchas teorías circulando alrededor de todo este asunto: que si volverán para la temporada decembrina, que si ahora ocuparán calles paralelas a Eje Central, que si la cosa se pondrá de a peso... y ni mencionar qué es lo que pensará hacer el buen Marcelo para regularizar la mercancía de los comerciantes (más del 60% proviene del contrabando, robo y ni qué decir de la piratería)
En fin, muchas aristas para un solo problema. El caso es que yo hoy, mañana y pasado mañana caminaré todavía con más gusto por el centro histérico del D.F.

jueves, 20 de septiembre de 2007

apuntes de un 20 de septiembre

Luis nació el 20 de septiembre de 1950; en Mentidero, Veracruz... una especie de suerte de Macondo que hasta la fecha, está enraizado en él, en sus hijos, y seguro estará en sus nietos.

Mentidero fue el comienzo de una colonia fundada por franceses, a escasos kilómetros del mar, y al día de hoy sigue conservando su particular arquitectura, de techos tupidos de pequeñas tejas, que asemejan hojas; su cocina mitad francesa, mitad mexicana, fusiona su delicada repostería con los sabores exóticos de las frutas como la naranja, el plátano, el coco; y qué decir de los pasteles y galletas de queso, porque mención a parte merecen sus lácteos: la crema, y el queso que aún preparan sin conservadores, de forma natural o qué tal los mariscos cocinados con sutiles salsas de fruta o licor... recuerdo a mi tía Olga, quien suele decir que el mestizaje es lo mejor que le pudo pasar a ese pueblo, porque 'el europeo, por sí mismo, es feo; el indio y sus costumbres lo han hecho más atractivo, más sabroso'

En los más viejos, se conserva hasta el idioma. La abuela de Luis (Luisa) le hacía cariños en la cabeza al mismo tiempo que sonreía y le susurraba: 'le petit Louie', mientras él gustaba de llamarla 'grand-mére'. Luisa era una mujer de complexión pequeña, delgada, muy blanca; en cambio, su abuelo (Alfredo) era un hombre grande, un carnicero corpulento, de mirada fuerte, azulísima, tanto o más que el mar; de bigote y barba rubios, sin un cabello en la cabeza, que lucía reluciente. Su madre (Esperanza), había heredado la complexión de Luisa, y también era pequeña, menuda, blanca, de ojos obscuros.

Después de la muerte de sus abuelos, Luis sobrevivió a su infancia prácticamente solo: hijo único de madre soltera, se convirtió en un estigmatizado que rondaba de aquí para allá sin más compañía que su sombra. Pero ni falta que hacía; pasaba las tardes trepando a las palmas, a los árboles, atravezando el río Nautla de un lado a otro quebrando su propio récord, cazando langostinos (acamayas, les dicen por allá) para cenar y con frecuencia miraba los atardeceres mientras comía una naranja, pensando en que algún día saldría de allí y entonces sería alguien...

Pasados algunos años, Mentidero extendió su descendencia hasta San Rafael, y fue ahí donde por lo menos Esperanza pasó el resto de sus días; dedicándose a la costura, a dar clases de danza, a organizar bailes, a cantar ...
Sin embargo, Luis no esperó a cumplir 16 años para volar; fue jugador de beisbol, fotógrafo, contador y administrador... y a pesar de todos los males, volvimos a San Rafael cada año para festejar cumpleaños, bodas, e incluso, la última vez, enterramos a Esperanza.

martes, 11 de septiembre de 2007

... nomás cavilando...


" Cuando quedas atrapado en la destrucción, debes abrir una puerta a la creación "

Anaïs Nin


viernes, 24 de agosto de 2007

Julio Ruelas

Los cementerios de Pére-Lachaise y Montparnasse, en París, sin duda son de los más interesantes de todo el mundo, podría decirse que son casi emblemáticos. En ellos están sepultados los restos de grandes escritores, músicos y artistas como Julio Cortázar, Simone Beauvoir, Jim Morrison, Jean Paul Sarte y hasta Porfirio Díaz.

Específicamente en el Montparnasse, hay un sepulcro que salta a la vista, por su particularidad, y su obvia belleza. Se trata de una hermosa mujer yaciente, desnuda, de mármol que vela desde hace ya un siglo, el descanso de Julio Ruelas, pintor y grabador zacatecano (1870-1907). Publicó su trabajo en la revista Moderna de México (1898-1911), y sus grabados inspiraron poesía, como fue el caso de 'esperanza' de Amado Nervo.

Pasó sus últimos 3 años en París, viviendo de una modesta beca; finalmente murió de tuberculosis en un hotel barato del barrio latino de dicha ciudad.

Jesús Eugenio Luján, amigo y benefactor de Ruelas, pagó los gastos funerarios y pidió a Arnulfo Rodríguez Bello la escultura que custodiaría la tumba a perpetuidad.

Sin embargo, dada la popularidad del cementerio de Montparnasse, existe una cláusula donde señala que cualquier tumba que no sea remodelada o restaurada periódicamente, automáticamente será destruída y los restos mortuorios serán reubicados en una fosa común.

A finales de este año vence el plazo para que los descendientes o encargados de la tumba de Ruelas se presenten con la dirección de Montparnasse, sin embargo, hasta el momento, nadie ha aparecido.

Existe una comunidad en línea (http://www.julioruelas.org/) que ha buscado comunicación y principalmente apoyo de la Secretaría de Cultura o de relaciones exteriores en México para salvar los restos de Ruelas del olvido, y por supuesto, la destrucción de su protectora, que al final, también es patrimonio cultural de México, en Francia.



Actualmente se presenta la exposición 'Julio Ruelas: El viajero lúgubre' en el Museo Nacional de Arte (MUNAL)