Me olvidaba del sueño de anoche: Llegaba a una especie de salón de eventos con varios niveles que al mismo tiempo era restaurante; veía a varios de mis amigos con sus familias comiendo y pasándolo bien. Llegaba a la terraza del lugar y me sentaba con mi amiga Arisbeth, que acto seguido me leía las runas y me decía, en pocas palabras, que no me acelerara. La mesera, ataviada con turbante, collares y pulseras, prácticamente nos corría del lugar...
Nos levantábamos de la mesa, pero me acercaba a otra donde la misma mesera leía un oráculo a los comensales... me llamaba la atención que dicho oráculo era un puño de milagritos de oro: ojos, piernitas, corazones y objetos varios.
Me quedé pensando en que suena a buen oráculo: conseguiré milagritos e intentaré leerlos a la banda, jajaja.
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