Nunca me cruzó por la cabeza tener de nuevo la oportunidad de ver a los Smashing Pumpkins; apenas estuvieron una vez en México antes de disolverse, y en esos tiempos, no podía ni soñar en presenciar el concierto ya que, como buena puberta, no tenía acompañante mayor de edad y mucho menos dinero pa' pagar la entrada... Sin embargo, supongo que algo bueno tuvo esa nueva moda de que las bandas se reúnan, aunque sea para revivir viejas gloriar y explotar, ad nauseam, a los nostálgicos y reacios fans.
... Por otra parte, no fue una desición sencilla pagar 600 bolas por ver a lo que queda de los pumpkins, es decir al megalómano del Corgan que apenas logró convencer a Jimmy Chamberlain de re-caracterizarse como SP; además, debo decir que no tolero los festivales; porque es siempre la misma historia: Mediocre organización, mala-chafa sonorización, show a medias, precios de insulto y para acabarla de amolar, debo decir que para la gente bajita como yo, es un infierno que todo el mundo es más alto y no te dejan ver, y debes brincar más que los demás, para ver algo de la banda que está en el escenario.
Pero bueno, hice de tripas corazón y me lancé al zero fest... únicamente por los SP.
Tengo que decir, que mi opinión no dista demasiado de las del resto de los ahí presentes: Faltaron muchas más rolas, faltó tiempo, y la segunda mitad del set fue demasiado experimental para una banda que no viene a México en casi 10 años y para un público que estaba sediento de escuchar la rola exacta... la básica, la que mata.
Saldo final: Today, mayonaise, 1979, bullet with butterfly wings, tonight tonight... sólo por escucharlas, sentí que cada peso pagado valió la pena, tampoco importaron los apretujones, la lluvia, el frío y el cansancio... nada, porque mi nostalgia noventera se convirtió en regresión, en volver a vivirme como en aquellos tiempos, porque volví a tener 16... qué cursi, pero así fue.
La pura onda.
¡Mayonaise!
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