leche

...Nos convertimos en una misma pieza, varios pares de piernas y brazos, pero con una misma voz, la misma voz que se quiebra, se alza y baja como las olas, en diferentes intensidades.

A veces gime y navega lento y otras grita y se quiebra como las olas cuando se rompen contra las rocas... silencio.
Te quedas quieta, te esfumas entre mis brazos y suspiras lentamente. Te ahogas en tus sábanas porque ahora eres liviana, porque el placer y el gozo explotaron y huyeron por tus poros... silencio.

Estás adormecida y yo navego entre tus sábanas, mi lengua es un navío y tu sexo la brújula que me guía entre tus pliegues, entre tu piel salada que aún transpira y se estremece... me dirijo a tus senos y los recorro lento, muy lento, huele a leche, el aroma me enloquece, ahoga mi sexo y todo a su alrededor se humedece... mi navío se detiene, ahogo mi boca en tus pezones, que se yerguen, se levantan, se izan como las velas de mi barco, que sigue su camino entre tus formas que se derriten a mi paso, que tiemblan conforme me acerco a tu centro...

Me deslizo entre tu pubis, mi barco se hunde, me ahogo entre tus piernas y no puedo respirar, ahora tú me devoras y mis gritos se disuelven entre tus gemidos... tu mundo se inflama y yo he perdido la brújula, ahora soy pequeña, eres dueña de mi cuerpo y de mi voluntad, y no puedo dejar de beberte, de querer consumirte, aunque seas tú la que me consume, me disuelve entre tus olas, tus pliegues, el aroma a leche de tus sábanas en las que finalmente muero con un grito, con un suspiro, que sigue siendo uno con el tuyo...