Anoche, entre sueños, te escribí un poema.
Sin embargo, ya no puedo recordarlo, no hubo quien tomara nota de mis sonrisas y suspiros.
Sólo sé que anoche, entre mis pesadillas, te recité un poema.
En mis sueños perdí los dientes, me vi reflejada en un espejo opaco, donde relucían mis encías inferiores desnudas; las superiores apenas tenían trozos de algo que asemejaba mis colmillos... poco a poco, sentí la carne de mi boca bofa, como un puré, soltando uno a uno mis dientes.
Desperté por el sobresalto, abrí los ojos de golpe y escuché el aguacero contra mis ventanas. Me levanté tratando de recordar qué diablos había soñado... Sólo sabía que te vi precedido por una pesadilla.
Volví a la cama, tratando de volver a dormir, cerré los ojos, y entre sueños sé que te pensé en un poema. Porque la piel de mi espalda se erizaba y un ligero temblor me recorría desde la punta de los pies hasta el último de mis cabellos.
Pero no hubo quién tomara nota de las sonrisas, sobresaltos, suspiros y visiones.
Sólo sé que entre sueños, te escribí un poema.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario