Ruta Quetzal: tras la huella de la Nao de China

En este instante, mi hermana ya está en España, Toledo para ser exactos; no imagino la adrenalina corriendo después de bajar el avión, cruzar la puerta y toparse con una multitud de reporteros, prensa y padres de familia que asistieron al aeropuerto a saludar, ver a sus hijos, hermanos, sobrinos, nietos que estuvieron 3 semanas en México; los recibieron con gritos, abrazos, comida, regalos, muchas lágrimas y vítores a los expedicionados recién llegados que ahora continúan su trayecto a través de la madre patria.

-que de qué diablos hablo?-

ok.ok.

Ruta Quetzal es un proyecto iniciado por Miguel de la Quadra Salcedo en 1979 que consiste en reunir anualmente a aproximadamente 300 jóvenes de todo el mundo entre los 15 y 17 años (que hablen español, por supuesto) en un viaje de 6 semanas por ciudades Iberoamericanas, dependiendo el tema a seguir en cada edición.

Lo interesante del proyecto es que conjunta aventura con conocimiento, ya que el viaje se hace en foma de campamento, para que los 'ruteros' conozcan, aprendan y fraternicen con las culturas, lugares y diferentes condiciones de los lugares que visitan.

Este año, el tema es "la Huella de la Nao de China en México" ; durante 3 semanas la ruta quetzal avanza por los diferentes puntos de la república mexicana en los que desembarcó este navío que transportaba mercancías y permitió el contacto con el viejo mundo y otras latitudes durante el siglo XVI; así pues, los estados a visitar fueron: Guerrero, Michoacán, Guanajuato, Querétaro, Puebla y el Distrito Federal.

En este punto, la ruta continúa en el viejo mundo, teniendo aún por delante visitas en Madrid, Cuenca, Toledo, Bilbao, Zumárraga, Soria y Segovia entre muchas otras.
Hasta este momento, he seguido todo el viaje por la página http://www.rutaquetzal.com/ donde se puede ver el itinerario del día, crónicas de los expedicionarios, videos y galería fotográfica día día. Sonrío al pensar, cómo hasta a la distancia este viaje cambia la visión de quien los sigue.

Es curioso ver chicos de Austria, de Eslovenia con los ojos iluminadísimos pescando hombro a hombro con los pobladores de Zihuatanejo; ver tantas nacionalidades reunidas en un mismo 'techo' y mejor aún, conviviendo con los indígenas mexicanos, (experiencia que, por cierto, poquísimos mexicanos experimentan) ... definitivamente una aventura que marca el resto de los días.